El papel de los sindicatos está siendo, cuanto menos, sorprendente en lo que llevamos de legislatura. Es cierto que durante las primeras semanas todo parecía un camino de rosas y que el presidente regional iría por una alfombra roja cuatro años sin que los sindicatos, en ningún caso, le chistaran lo más mínimo, pero nada más lejos de la realidad.
Con total seguridad muchos creerán que se trata de una simple escenificación. Otros, por el contrario, que se trata realmente de un malestar creciente teniendo en cuenta que sólo hay algo peor que hacer mal las cosas; que es criticar a quien las hizo mal a su juicio, prometer soluciones y no darlas; que es lo que está ocurriendo en estos momentos.
Esta legislatura está empezando pero ya hemos visto como García-Page ha recibido la crítica de los sindicatos médicos, de las plataformas sanitarias, de los sindicatos de educación, de los funcionarios y algún atisbo de pellizquito por parte de los dos grandes y mayoritarios.
Ahora bien, la gran pregunta no es otra que ¿se solucionará el problema o, por el contrario, se enquistará y hará más duro con el paso de los meses?, quizás después de las elecciones y con el nuevo presupuesto se conozca más qué es lo que va a pasar aunque prevemos que no será un camino de rosas rojas.