Los datos que hoy hemos conocido dejan en nuestra región la clara imagen de lo que es una tendencia negativa sin ambages. Hay muchos datos que lo ponen de manifiesto, pero quizá una fotografía que lo evidencia, o más bien la ausencia de una fotografía: La de la Consejera de Empleo. No ha sido ella quien ha salido a valorar los datos, ha sido el Vice-consejero. Es una tradición en nuestro país, por desgracia, la de hacer comparecer a personas de segundo nivel, dicho sea con el mayor respeto, cuando las cosas no van bien. Es un modo de hacer las cosas que solo consigue engañar a quien no da la cara; en este caso la Consejera se engaña a sí misma, y al resto nos hace más evidente lo que los datos nos ofrecen.
La peor evidencia, y más dura de digerir es que desde Mayo hasta hoy el dato de paro registrado interanual empeora de forma progresiva. Ya es una tendencia que desde que Page Gobierna en Castilla-La Mancha la creación de empleo se ha frenado. Dicho de otra forma, la presente legislatura comenzó con 24.309 personas menos en paro que en el mes de junio del año anterior y hoy hay 16.515 personas menos que en Octubre de 2014. Una diferencia de casi 8.000 personas. Se crea menos empleo, el que se crea es de peor calidad, así se pone de manifiesto con la bajada de la contratación indefinida, que baja un 11,90% en datos interanuales (la media del estado es una subida de 1,8).
¿Que ha hecho Page para ser el presidente regional en España con peores datos en tan poco tiempo? Muy sencillo. Volver a las andadas. Volver a los viejos modos de los gobiernos socialistas anteriores de los que formó parte, y que en síntesis consisten hacer una propaganda inaceptable, tal y como dijo su socio de Gobierno el Señor Molina; anunciar subidas de impuestos; proponer el incremento del gasto en planes de empleo público que no cuentan el apoyo de los empresarios, ni terminan de llegar; retirar algunas de las más importantes ayudas a la contratación puestas en marcha por el Gobierno Cospedal, como el programa empresa empleo; y por último no dar la cara.
Todo un completo conjunto de medidas que sin lugar a dudas garantiza el fracaso en la creación de empleo en Castilla-La Mancha. Y Page lo sabe.
Entonces, ¿Por qué lo hace? Quizá porque es muy sencillo pensar que subido a una ola nacional de crecimiento él solo debe esperar a que Castilla-La Mancha se inunde con la riqueza y el empleo que otros crean; aunque ya vemos que otros aprovechan mejor lo que esa ola trae. Quizá porque está muy cómodo en esas fotografías de pactos vacios, que tanto daño hicieron a nuestra región para mayor gloria de los retratados. Quizá, y esto es lo más probable, porque no sabe hacer otra cosa que lo de siempre, caminar con paso firme hacia la ruina y esperar a que otros vengan a remediarla. O quizá por todas estas cosas a la vez.
¿Podemos esperar cambios para mejorar? Por poder, PODEMOS, pero evidentemente no debemos hacerlo. La experiencia nos lo demuestra y nos recuerda que bajo la apariencia de gobiernos dialogantes y campechanos, se esconde algo muy distinto. Y la historia nos recuerda que la creación de empleo en España no se llama PSOE.
Cuanto deseamos equivocarnos. De verdad.