Esta última semana nos deja en política varias claves que comienzan a dar una clara idea del rumbo del gobierno de Page. Por una parte la sistemática destrucción de cuanto huela a gobierno Cospedal. Nada de cumbre del vino, nada convenio sanitario con Madrid. No solo el olor, sino la presencia física, parece que quiere eliminar. Así se colige de las declaraciones que el vicepresidente Guijarro hacia esta semana, en las que no se conformaba con echar a Cospedal, quieren echar a Rajoy. Curiosa forma de pedir una reunión con el Presidente del gobierno.
Si nos detenemos un instante en este punto, debemos recordar que no hace una semana que el vicepresidente de la junta pronunciaba estas palabras. Hoy Page pide una reunión con el mismo al que su vicepresidente quiere echar. Desde el punto de vista político, esto puede ser admitido en un país herido de muerte en el respeto institucional. Anclado desde hace más de los que el cuerpo aguanta en el descredito y la hipérbole.
Pero en lo racional, en lo inteligente, pedir una reunión a continuación de mandar a alguien a hacer puñetas, resulta verdaderamente un insulto a la inteligencia. ¿Para qué pide una reunión Page? Sinceramente creo que para poder justificar su propia ineficacia. Es como ese boxeador noqueado que en lugar de seguir peleando se abraza a su rival. ¿Para qué pide hablar de Elcogás si no pone un solo euro? (Rajoy 20 millones para intentar salvarlo) ¿Para qué pide hablar del tajo hoy si como alcalde de Toledo se ha callado durante cuatro años? Para nada. Al menos para nada pueda servir a los ciudadanos de modo aprovechable. Page hoy, como Bono ayer, solo buscan un enemigo externo sobre el que descargar su propia ineficacia. Son como Mas y Pujol, más tímidos, pero iguales. No se atreven a decir España nos roba, les gustaría, pero saben que viven en una tierra donde la gente no se traga esas patrañas. Aquí se buscan soluciones, no monsergas ni juegos florales.
La otra clave de esta semana se escribe en términos económicos. Dos caras de la misma moneda son los NO PRESUPUESTOS de la Junta y la negativa al ATC.
Los primeros, los NO PRESUPUESTOS, son la imagen de la incompetencia de Page, de su mentira, de la negación total de objetividad a la hora de encauzar algo que ya se dejo encauzado por Cospedal: las cuentas públicas. Recuerden los informes de agencias, instituciones europeas, bancos, y demás.
La segunda, es la contumacia en el despilfarro y las ganas de no progresar. Desprecian casi 1.000 millones de euros de inversión, obligan a España a pagar a Francia 60.000 euros diarios a Francia, incidirán en la factura de la luz al alza, ponen en riesgo la elaboración del VII plan general de seguridad nuclear y de remate traicionan el consenso alcanzado en Congreso de los Diputados, donde dijeron si a un ATC. Ni gastan bien, ni saben buscar ingresos, ni cumplen su palabra, ni les importan los ciudadanos, al menos su factura de la luz, ni tienen sentido de Estado.
Este gobierno comienza a dar signos de ser tremendamente malo para la salud, el interés, y la seguridad de los castellano-manchegos. Y si solo fueran signos estaríamos tranquilos. Lo malo, es que ya no son signos, son evidencias.