Es normal que un partido político cuide a sus votantes: al fin y al cabo los necesita para llegar al poder y para mantener su representatividad, que ha de ser el objetivo de cualquier formación democrática que se presente a las elecciones.
Lo que no debiera ser tan normal es que un partido político castigue descaradamente a quienes no percibe como votantes preferenciales. Sobre todo cuando ese partido tiene responsabilidades de gobierno, y por tanto administra el dinero procedente de todos los ciudadanos: también el de quienes supuestamente no le votan. Además, como el voto es personal y secreto, resulta doblemente injusto castigar a un contribuyente por el mero hecho de pertenecer a un colectivo teóricamente no afecto.
Pues eso es lo que está haciendo claramente el gobierno del socialista García-Page: castigar a grupos de ciudadanos a cuyos intereses no se siente cercano. Me refiero al colectivo muy numeroso de los cazadores, y al todavía más masivo de los agricultores.
La Junta socialista-podemita se ha negado a suscribir un acuerdo para la licencia inter-autonómica de caza. Este acuerdo, auspiciado y promovido por el gobierno de Cospedal, ya beneficia a los cazadores de otras comunidades de España. Castilla-La Mancha iba a firmarlo, facilitando las gestiones a escopetas no sólo de esta región sino de toda España. Pero Page ha reculado. Y le ha dado una patada a Cospedal en el trasero de decenas de miles de aficionados a la caza; un sector, por cierto, que deja mucho dinero en el ámbito rural de Castilla-La Mancha y que por tanto merece y precisa el apoyo del ejecutivo regional.
Pero más grave es aún lo que les sucede a los agricultores. El gobierno de Cospedal no sólo defendió junto con el gobierno de Rajoy la mejor PAC para esta tierra, sino que además agilizó enormemente el pago de las ayudas correspondientes. Ha sido llegar Page, y volver a la política socialista de entorpecer y retrasar el pago de las subvenciones: ya reconocen retrasos de más de un mes… y eso que el dinero viene directamente de Bruselas y lo que único que tiene que hacer la Junta es ordenar los pagos.
Dentro de un criterio decimonónico de la política, los socialistas de Castilla-La Mancha creen que cazadores y agricultores son de derechas, y por tanto no merecen el respeto de un gobierno de izquierdas. Eso, además de ser discutible porque cada votante tiene su alma en su almario, es sectarismo de baja estofa. Se ve que Page cree que le basta cumplir con los sindicatos abajo firmantes y con sus aliados de Podemos. Y esto no ha hecho más que empezar…
Dimas Cuevas. Senador del PP por Albacete