Castilla-La Mancha es la región de España con menor grado de ocupación hotelera, tal y como recoge el informe publicado esta misma mañana por el Instituto Nacional de Estadística.
Concretamente, nuestro grado de ocupación es el del 32,7%, frente al 76,7% del conjunto del país. También estamos muy lejos de otras regiones de las mismas características que Castilla-La Mancha como puede ser Castilla-León con un grado de ocupación cercano al 50% o la vecina Comunidad de Madrid con un 54%.
En lo que se refiere a los datos a nivel puramente cuantitativos, encontramos que han visitado Castilla-La Mancha durante el mes de agosto, último dato conocido hoy mismo, un total de 199.600 personas, lo que supone 2.396 visitantes menos que en el mismo mes del año pasado, es decir, una reducción del 1,18%.
Lo verdaderamente preocupante al respecto es que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, a nivel nacional se está creciendo a casi el 5%, es decir, mientras que el conjunto de las regiones de España siguen creciendo de forma moderada, Castilla-La Mancha está perdiendo visitantes, algo que requiere de actuaciones urgentes para evitar que se siga produciendo el desplome de unos de los grandes motores económicos de nuestra región, un sector que genera en torno al 11% del PIB y genera más de 42.000 empleos directos.
Por provincias llama especialmente la atención la caída de más de más del 11% de los turistas de la provincia de Toledo, “joya de la corona turística” de Castilla-La Mancha, que ha pasado de recibir 86.662 visitantes a 76.840 este mes de agosto. Afortunadamente, tanto Guadalajara, como Cuenca y Ciudad Real siguen “empujando” en la buena dirección.
El grado de pernoctaciones tampoco invita al optimismo ya que frente al crecimiento nacional de las pernoctaciones en un 4,5%, Castilla-La Mancha se ha quedado en un incremento del 0,9%, es decir, cinco veces por debajo de la media del país.
Por provincias, se confirma el incremento de Ciudad Real en más de un 19% y el descenso de Toledo en un 10%.