Hemos cumplido los cien días de Gobierno. Ahora empieza realmente el futuro. El Gobierno de García-Page ya se ha asentado, tomado contacto con la realidad de la región, empezado a gestionar y comprendido que la oposición no es el Gobierno y que ahora los hechos tienen que primar sobre las palabras.
Señor presidente, durante estos cien días ha vivido datos aceptables de paro y otros que le ponen ante la cruda realidad de Castilla-La Mancha, ha vivido encuentros agradables con los sindicatos y otros que parece que se están enquistando como el caso de Educación. Ha vivido momentos de palmas y otros no tan agradables como el desplante al presidente de la Diputación de Cuenca y así decenas de ejemplos más.
Señor presidente, permítame el atrevimiento de pedirle que haga lo mejor para Castilla-La Mancha. Lo que puede parece de perogrullo no lo es y todos los que se han dedicado “a la cosa política” saben que no lo es. Es necesario que entre todo construyamos una mejor región, insisto, entre todos.
Durante los próximos cuatro años, sin lugar a dudas, tomará decisiones correctas y otras que no lo serán pero en la totalidad de ellas nos jugaremos la estabilidad de esta región, es decir, sus decisiones causarán un efecto mariposa que necesariamente afectará a Castilla-La Mancha y a todos sus ciudadanos.
No escuche los cantos de sirena porque nunca llevan a buen puerto, piense que los colores políticos son sólo eso, colores, pero que sus decisiones afectan a la realidad del día a día de nuestra región y a todos los que nos sentimos orgullosos de decir que somos castellano manchegos.
No le robo más tiempo señor presidente, suerte en esta aventura, salud para vivirla y raciocinio para comprender que habrá cosas que hay que cambiar pero otras que ya están cambiadas. Suerte, valor y al toro.